martes, 29 de septiembre de 2009

Eduard Spranger


Eduard Spranger

Grosslichterfelde, 1882-Tubinga, 1963) Filósofo, pedagogo y psicólogo alemán. Fue profesor en Leipzig, Berlín y Tubinga. Su pensamiento constituye una síntesis de la filosofía clásica, del idealismo y de las aportaciones de Dilthey
—Además de sendas monografías sobre Humboldt (1909) y sobre Goethe (1933), es autor, entre otros títulos, de Formas de vida (1914), Cultura y educación (1919), Comunidad nacional, Estado, educación (1932) y El educador nato (1958).
—Formas de Vida"
—SPRANGER, Eduardo (1935)
—Revista de Occidente. MADRID.
—La obra de Eduardo Spranger publicada por vez primera en Alemania en 1921, ("Lebensformen") es un acertado y profundo estudio de las motivaciones axiológicas que fundamentan y dan sentido a la conducta humana.
—Heredero de la "filosofía del espíritu" de Wilhelm Dilthey (1833-1911), Spranger trata de descubrir la singularidad de los actos humanos y de los fenómenos psíquicos basándose en el análisis del "sentido", es decir partiendo de la necesidad de entender los mecanismos y los fundamentos que dan coherencia y unidad a la conducta humana.
—Su obra, es en gran medida un alegato contra la aplicación del paradigma científico a la psicología y contra el empirismo y el estructuralismo dominante de la época.
—Para Spranger los fenómenos psíquicos no pueden ser explicados ni entendidos únicamente mediante la fisiología, ni tampoco descomponiéndolos en unidades elementales.
—Para poderlos explicar es necesario recurrir a categorías capaces de captar el fenómeno en su singularidad y de establecer al mismo tiempo conexiones de sentido con los valores que fundamentan la conducta.
—Desde esta perspectiva su psicología es al mismo tiempo fenomenológica y ética porque pretende descubrir un método capaz de entender la conducta particular en función de categorías ligadas a valores.
—A este método, Spranger lo denomina "típico-ideal" y básicamente consiste en la observación, en su singularidad, de los fenómenos psíquicos, que repletos de contenidos procedentes de la historia de la cultura, se idealizan después para poderlos explicar desde una doble dimensión totalizadora e individualizadora.
—De aquí surge la necesidad de establecer unos "tipos humanos ideales", o esquemas generales de entendimiento de la conducta humana, capaces de dar sentido totalizador a la misma y de explicar en lo concreto las motivaciones de los actos singulares.
—Su obra consta de cuatro capítulos coherentemente sistematizados en los que se abordan los principios y fundamentos filosóficos de su método (capítulo I)
—la descripción y explicación detallada de los tipos ideales (capítulo II); los efectos y consecuencias que tanto el método como la tipología ofrecida tienen para la ética (capítulo III) y por último una profunda reflexión sobre la comprensión de las estructura espirituales y la importancia de la educación y los fenómenos educativos como reproductores de la cultura.
—A los efectos del presente trabajo, únicamente nos detendremos en la descripción de la tipología de Spranger, obviando otras consideraciones de carácter metodológico, fundamentador y de conclusiones. Por tanto nos detendremos básicamente en la parte central de la obra, que es la que se correponde con el capítulo II, titulado "Los tipos ideales básicos de la individualidad".
—Para Spranger a cada clase de acto o vivencia humana le corresponde lo que él denomina una "esfera de sentido" y una "esfera de la cultura". De este modo, investigando las clases de valores se pueden también indagar las clases de actos humanos, en tanto que cada uno de ellos posee un sentido totalizador fundamentado en un valor.
—Su hipótesis metódica consiste en considerar que todo acto humano con sentido, están contenidas simultáneamente todas las formas fundamentales de actos de la misma clase: en todo acto espiritual actúa la totalidad del espíritu, así por ejemplo, un acto teórico comporta y contiene al mismo tiempo un acto económico, estético y religioso, dado que las esferas de la cultura se insertan unas con otras mediante conexiones funcionales.
—esta es la base para considerar que los actos humanos individuales con sentido, son de cuatro tipos:
—Actos Teóricos. Aquellos cuyo sentido radica en la identidad general del objeto mentado, en su esencia y en su dirección a lo objetivo-general.
—Actos Económicos. Los que su sentido reside en la vivencia de la relación psicofísica de energía entre sujeto y objeto, en dirección cuantificadora del gasto o ahorro de dicha energía.
—Actos Estéticos. Que son los que tienen el sentido dirigido hacia el carácter de impresión-expresión de su apariencia concreta o imagen.
—Actos Religiosos. Aquellos cuyo sentido está en la referencia de la vivencia singular al sentido total de la vida individual, dirigidos al "valor total" del individuo.
—Estos actos están gobernados por lo que Spranger llama "las leyes del espíritu" que son normas que rigen el funcionamiento de los fenómenos psiquicos desde su estructura finalista, como son:
—La ley de la economía o principio del mínimo esfuerzo.
—La ley estética o principio de la forma.
—La ley de la ciencia o principio del fundamento.
—La ley de la política o principio de la voluntad jurídica y reguladora.
—La ley de la sociedad o principio de la fidelidad.
—La ley de la religión o principio de moral acerca de como ha de pensar y actuar el hombre de un modo unitario.
—En cuanto a las características de los tipos que constituyen su tipología, son las que a continuación describimos:
—El hombre teorético
—Predomina en él su actitud cognoscitiva y el sentido total de sus actos está presidido por la objetividad como valor. De este modo, los datos del objeto han de ser desprovistos de su carácter subjetivo inmediato.
—El hombre Económico
—Su criterio fundamental de actuación es la utilidad, cualidad por la cual los bienes materiales sirven para satisfacer necesidades procedentes de la propia conservación o del ahorro de energía. De este modo se presenta siempre bien como productor o como consumidor.
—Frente al teórico que busca la verdad, el económico busca la aplicación o explotación de ahí que esté muy interesado por el conocimiento tecnológico. Es pragmático en cuanto que lo verdadero lo asimila a lo útil y lo falso a lo inútil.
—El hombre estético
—Su actitud se caracteriza por el sentido imprsión-expresión que orienta sus actos. Impresión que es la figura concreto sensible que recibe por su significado. Expresión es la figura que extiendo a mi contenido psíquico y la forma es la compenetración entre impresión y expresión.
—El hombre social
—El hombre social carece de contenido propio y posee una orientación afirmativa de valores hacia la vida ajena y a sentirse a sí mismo en los demás. Su tendencia es el amor a los demás.
—Al carecer el hombre social de contenido propiamente dicho, las demás esferas de sentido valorativo aparecen como contenido. De esta manera se opone al teórico porque considera la ciencia como motivo de orgullo y por tanto opuesta al amor. Se opone también al económico y al político, dado que no le interesan ni la utilidad ni el poder. Sin embargo se relaciona mucho con el religioso en cuanto que la comunidad se vive como totalidad.
—El hombre político
—El motivo fundamental que da sentido a su conducta es el poder, entendido como capacidad de imponer siempre a los demás la propia orientación valorativa. Posee sentimientos de afirmación de la propia esencia, así como vitalidad y energía de la existencia y su vida está impregnada por relaciones de poder y rivalidad.
—El hombre religioso
—Es aquel que experimenta su vivencia de valor en su significación e importancia para el sentido total del la vida. Aquel que lo experimenta como sentido supremo de la existencia, como cumplimiento definitivo del sentido de su vida.
—Existen tres formas de manifestación de la religiosidad. La primera si el modo en que los valores vitales particulares se relacionan con el valor total de la existencia tiene un carácter positivo, entonces podemos hablar del místico inmanente.

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